empanadas de carne. toda una cultura
para nosotros al menos representa eso. una comida, una manera de prepararla, un
ingrediente más o menos depende la región y una forma diferente de hacerlo
según la casa. la empanada es una juntada, por lo menos muchas de las veces. al
comparar las nuestras con las suyas, muchos me preguntaron cómo se comían las
empanadas allá, en argentina. porque seguíamos diciendo "son diferentes a
las de allá". y analizándolo, es verdad que la mayoría de las veces las
pedimos por teléfono. es parte del menú oficial en muchas de las casas para
alguna que otra cena, pero uno no come empanadas en un restaurant como plato
principal, tampoco la comemos al paso como si se hace por estos lados. 
en Colombia, por ejemplo, como
practicante toda la cocina, se fríe, no se hace en el horno. de hecho no hay
hornos, o la gente prácticamente no los usa. el horno se usa para hornear
tortas. los que saben inglés, habrán aprendido la diferencia entre Cook y
baque.  aquí la cocina entendida
como horno, es solo para vikingo . lo demás se hace hervido o a la sartén.
perdón, a la olla repleta de aceite. 
las empanadas se comen en la calle. en muchos de los pueblos hay un puestito en
una de cada dos esquinas. son caseritas, las hacen en sus casas las mujeres que
las venden, claro, mujeres, los hombres no parecen cocinar. son almuerzo,
aperitivo, desayuno, merienda y cena. no se encargan por docena y no se sirven en
la mesa. bueno, está mal darlo por seguro ya que no compartimos muchas mesas en
casa de familia. 
son hechas con masa de maíz, la manera caserita caserita es moliéndolo, para
eso hay que levantarse bien temprano y dedicarle un tiempito si se quiere abrir
la mini empanaderia para las 9 am. 
el relleno puede ser de carne, de pollo, de pescado o de papa. ahora, ninguna
tiene gusto  a ninguna de esas cosas. o
más o menos. el relleno es casi triturado casi como si fuera una pasta. la masa
es bien gruesa y el tamaño es un poquito menor. asique entre todo eso y el
hecho de que fueron sumergidas en aceite hirviendo, el sabor entre una y otra
es bien diferente.
en dos meses en Colombia, comimos muchas de esas, o por lo menos yo, ya que
Mati no es muy amante. 
cuando llegamos a Panamá, comimos nuestras primeras verdaderas empanadas, eran
compradas en un restaurante "argentino" y hechas por una colombiana,
tenían una especia verde sobre el plato que no la favorecía nada, pero era
carne cortada a cuchillo. y soufflé. habíamos encontrado el paraíso, solo que
cada empanada costaba 2 dólares. ahí se acabó la aventura. fue un gustazo que
nos dimos solo porque veníamos padeciendo la falta de carne desde hace mucho
tiempo y nos lo merecíamos por acabar de encontrar trabajo. precisamente el día
anterior habíamos estado analizando las posibilidades acerca de montar un
negocio. 
habíamos hecho un grupo de
argentinos, con una infiltrada española, con quienes coincidimos en un par de
pueblos, y hasta con quienes comenzamos a buscar un departamento. 
dicen que Panamá City es una de las
ciudades con más crecimiento de la región y eso se puede ver en cada esquina.
rascacielos, avenidas, autos y camionetas 0 km y 4x4, hoteles ultra lujosos y
grandes malls. en el casco viejo, carteles de venta y alquiler por doquier y un
contraste impresionante entre los edificios recientemente remodelados y
convertidos en pent-houses y lofts, con alquileres que arrancan en los 1400
dólares, y aquellas calles del mismo barrio por donde te recomiendan no
caminar, las mismas viejas casonas con puertas y balcones de madera, que apenas
se sostienen, tomadas por familias que no tenían otro hogar y que aprovechan el
abandono de la zona. 
el barrio, los barrios que forman parte del casco histórico, tienen una onda algo bohemia. y así como cualquier
contraste, depende desde donde se lo mire, encontramos: nuevos restaurants
abriendo, tiendas de helado y de café, hoteles boutique, apartamentos de
alquiler de primer nivel, y estos coexisten con las cantinas y viejos café,
como el "coca cola", que frecuentaba el Che. la plaza, las plazas,
las antiguas iglesias, algunas en ruinas, el machetazo, las calles de feria y
vendedores ambulantes. algunos centros culturales y bares que abren en la
terraza o el patio de una vieja casona.
con todo esto, las supuestas oportunidades, los sueldos y la moneda en dólares,
las ganas de descansar un poco en el mismo sitio y la ansiedad de vivir una
gran ciudad después de tanto pueblito y playa, nos llevaron a “por qué no quedar probando suerte en
Panamá city”. 
así es entonces que le dedicamos toda una tarde en el patiecito del hostal casco
viejo, a pensar, a sugerir ideas para generar dinero y así poder pagarnos
la estadía y mejor aun, hacer unos pesos. mientras tanto, buscando departamentos
entre almaceneros, comerciantes, clasificados. ninguno sabe tocar instrumentos
ni bailar ni hacer manualidades ni actuar ni nada que pueda hacerse frente a la
gente, de a muchos o de a pocos y luego pasar la gorra. 
todo se redujo a la comida, con un
chef en la casa y muchas manos dispuestas a ayudar, decidimos arrancar con
alfajores de maicena, habiendo sugerido hasta milanesas con puré. taza taza y
cada uno a la suya. a las 9 am debíamos llegar para comenzar las tareas:
elegir, comprar, chequear proporciones, preparar mezcla, cortar, cocinar,
untar. y vender.
a las 10. 30 más menos nos despertamos, asique nunca llegamos a las 9. ya que
llegábamos tarde, arrancamos con el desayuno, luego la búsqueda de las bicis.
podíamos ir en taxi, claro, siempre está esa opción, en bus.
los buses son los escolares
amarillos de las películas yankees de la década del 60. No de las peliculas
sino que estos son realmente de la década del 60. viejos, viejísimos y hechos
torta. esos son todos los buses. (los buses amarillos se siguen usando para
escolares).
los colectivos van casi en línea recta, aunque Panamá no tiene muchas de esas.
el trazado tiene una forma
caprichosa, hay muchas calles tipo avenidas, bien anchas, tipo barrio en el
interior de Estados Unidos. copiado a EE.UU. son también el estilo de muchas de
las casas y el tipo de comercios. grandes parqueaderos o estacionamientos,
sinceramente no recuerdo como le dicen aquí. casas bajas, de una o dos plantas,
con el lugar para el carro abajo, con algo de frente pero no precisamente un
jardín; nada de dúplex, y pocas, muy pocas veredas. y hasta pocos semáforos.
porque prácticamente no hay peatones y los autos van en "línea
recta". es raro eso, hay muchas curvas pero pocas calles perpendiculares.
Es decir, no hay cuadrícula.
la ciudad está construida a lo largo, al costado del mar, por ende sigue esa
línea zizgagueante. los buses van para aquel lado o para el otro.
uf que difícil explicarlo. vean un mapa. en fin. teníamos bus o taxi o bici. 
las bicis nos las ofreció Nicole, Nicole con su novio Clau. a Nicole la
conocimos a través de couchsurfing. 
couchsurfing es una organización
internacional que “helps you meet and adventure with new friends around the
world." and i quote. es como una gran red social que une gente alrededor
del mundo, gente que brinda su couch,
su sofá, cama o casa completa para que algún viajero pueda hospedarse y así
conocerse, tener a alguien que te de una mano y con quien conocer desde adentro
el lugar. no necesariamente tiene que suceder esto y no necesariamente hay que
surfear; podes sumarte a actividades, dar tips, lo que quieras. 
entonces, llegamos a lo de Nicole,
hace aprox 12 días, no solo nos fue a buscar a donde estábamos sino que también
nos dio las llaves de su casa y hasta nos la dejó cuando ella se fue de viaje.
una cosa increíble.
vive en Panamá Viejo, no confundir con el Casco. es una zona residencial con
casas de algunos años y edificios que están construyendo, de estos que hay en todos
lados ya, torres con amenities. el de Nico, uno de ellos: hermosísimo, buena
vista, con diseño de primera y equipamiento lo mejor de lo mejor. Nicole es de
Perú y trabaja en Panamá hace unos meses, vino traída por una compañía
internacional (no arrastrada, le ofrecieron un trabajo y aceptó), así como su
novio, Claudio, de Venezuela, como las docenas de amigos expatriados, como Marcos,
argentino que vive en el piso 35 con su mujer, también peruana. nosotros
vivimos en el 19. todavía
entonces, Nico y Clau nos ofrecieron sus bicis para ir a pasear y por
eso nos demoramos. teníamos que ir a buscarlas, para eso teníamos que esperar a
Nico que llegara y se alistara. luego limpiarlas, ponerles aire y luego, claro,
pedalear hasta destino. lo gracioso es que fuimos en auto a buscarlas y en auto
cargadas a la estación de servicio. desde que nos subimos realmente, fueron
unos 10 minutos de pedaleo. y como en el casco están remodelando, levantando
pisos y tirando abajo paredes, no era taaan necesario ni tan cómodo. 
en fin. llegamos al hotel cuando ya habían comprado, decidido, mezclado
y metido en el horno. a todo esto veníamos usurpando el hostel hacía varios
días, porque nuestros amiguitos estaban ahí y porque hace 45 grados y la
humedad de buenos aires un 27 de diciembre, y no moríamos por salir a la calle
a caminar. es un infierno porque sí queres salir a caminar a pasear y a ver,
pero no te dan las piernas ni los pulmones ni nada. 
esperamos entonces a que se hiciera la masa. mientras tanto salí a
caminar unas 4 veces, hacía dos cuadras y volvía, a refrescarme y a chequear
que no hubiera que untar nada todavía.
a eso de las 3 de la tarde se terminaron de hacer las tapas, y aunque
habíamos estado pendientes de terminar y salir a la calle, a Mati se le ocurrió
que era algo injusto para ellos que arrancaron antes y que encima, saliendo de
a 5, la ganancia iba a ser dividida en demasiados. un bardo. aclaremos que esto ya lo teníamos en cuenta desde que nos
despertamos tarde y tardamos tanto en llegar y miramos como se cocinaba y nos
fumábamos un pucho y tomábamos mate esperando que pasaran las horas para que
bajara el sol y no nos pegara en la nuca. después de una discusión con los
chicos que nos decían "pero está todo bien, vamos juntos dale" y discutir
el hecho de que lo habíamos hablado todo el día yestaba acordado, y encima habíamos
estado todo el día ahí!! .. nada. no salimos. un día más perdidos y ya van 3. 
desesperada por conocer la ciudad, salimos a caminar, dejando atadas las
bicicletas, porque era algo complicado para parar y sacar fotos, posar, mirar,
entrar. de paso, podíamos preguntar por algún trabajito. y eso hicimos, así fue
como entramos a un restaurant a preguntar si necesitaban alguien para el salón
o para cocinar o lo que fuera, y si, después de dos semanas de trabajar en una
pizzería ya creemos que todo lo podemos hacer.
hace 3 semanas conseguimos el trabajo
de una manera muy parecida. estábamos en nuestro último día en Colombia, en Capurganá, al ladito de Panamá. nos
quedaba un día de excursión hacia las playas de Sapzurro y La Miel. salimos nada temprano, como
siempre. hicimos un caminata de 30 min por el monte en unos 55. agotados hasta
la muerte, empapados hasta en los lugares donde no hubiéramos querido, y sin
aliento. apenas llegamos al otro lado, fuimos directo a zambullirnos en ese mar
celeste. y a caminar para seguir conociendo que nos quedaba solo la tarde.
mientras caminábamos charlando con unos señores
del ejército. nada que ver a lo que podríamos imaginarnos, aquí los
policías, militares, podría decirse la mayoría de los uniformados, son uno más
educado que el otro, serviciales, cálidos y sobretodo, amables. Aunque sigue
siendo fuerte charlar amablemente con alguien que sostiene un rifle (no creo
que sea un rifle, pero es lo que recuerdo, algo parecido a una escopeta),
vestido de verde y lo más gracioso, bueno, irónico, gracioso gracioso no.
Vestido con gorro, chaquetas de mangas largas, pantalones y borceguíes bajo un
sol que raja la tierra y con el mar tan cerquita, que aguante.
en fin, nos acompañaba preguntándonos de donde éramos y que hacíamos, y
mientras Mati le comentaba que estábamos de paso hacia Panamá, vi un cartel en
la puerta de un barcito que decía "quieres
trabajar aquí pregunta?". si, el signo de interrogación estaba después
del ‘pregunta’. y en un renglón diferente. Entonces, le dije esperame un
segundito, y me mandé a preguntar. 
le comenté al sr de español raro que me entrevistaba, que no sabía hacer
tragos, que no cocinaba y que nunca había atendido una mesa. una grosa vendiéndome.
pero también le dije que queríamos trabajar y que podíamos aprender. asique nos
dio media hora libre (si, así de duro) y al ratito estábamos camino a nuestro
camping a buscar las mochilas para instalarnos por dos semanas en este otro
pueblo. para trabajar 8 horas diarias a cambio de la suma de 200mil cop (pesos
colombianos), a 1760 = 1 usd.. saquen la cuenta. ojo, 400mil en total. más las
propinas, que dejar propina acá parece que es mala palabra. acá no, perdón,
allá. 
seguimos, estábamos en Panamá preguntando si había trabajo, nos dijo que
no, pero nos quedamos charlando. y me parecía que había algo raro en la tonada,
y con mi profesión y todo ya debería tener el oído un poco más afilado,
entonces le pregunté de donde era. me dijo de acá, de Panamá y me sentí una
flor de boluda. seguimos charlando y nos contó que estaba casada con un
argentino, asique me convencí que se le había pegado algo y que sí tengo
talento para identificarlo y lo sabía. ahí nos contó que tenía empanadas y
cuando dijo las palabras mágicas "cortada
a cuchillo" se anuló la angustia de los 2usd cada una. nos comimos
dos. una cada, claro. 
seguimos nuestra búsqueda y pasamos por un hostal. muy lindo por cierto,
si vienen por acá, les paso el dato. la dueña, de la florida, nos dijo que si
bien no necesitaba nadie para el hotel, sí tenía trabajo. lo que sea, dijimos.
y después de tomarnos el domingo libre para rascarnos bien cada uno lo que le
corresponde, llegamos al hotel para pintar
la fachada de la casa de enfrente. sí,
la casa de enfrente es una de las tantas casas viejas, que si bien parece
abandonada, no lo estaba. tenía dueño u ocupante pero parecía que no le
interesaba mucho ponerla linda. en el hostal hay un balconcito para tomar aire
y tomar algo, y se veía directo a esa fachada bien fea, ahora bien linda.
asique ellos se ofrecieron, después de pedir permisos y cansarse de la
burocracia, a pintarle de manera gratuita, la pared al vecino. asique
conseguimos nuestro tercer trabajo, esta vez como pintores.
ahora sí. la paga fue de 80 dólares
por terminar el trabajo. nos llevó casi tres días. uno de jornada larga y dos
ratitos. el día de la cobranza aprovechamos a hacer las cuentas, y nuestros
gastos en la ciudad panameña ascendían a 75,5. cool
dije nuestro tercer trabajo, el segundo fue el de pizzero/mesera. (si,
perdón, no lo describí, pero si vamos a contar todo... ;) )
cuando llegamos a Medellín, vimos que se empezaba poner todo más caro,
por eso corrimos de la ciudad -por eso entre otras cosas- salíamos para no
sabemos dónde, y averiguando las posibilidades, encontramos un pueblito que
parecía muy pintoresco y divertido, asique elegimos Guatapé para seguir.
la mayoría de las veces llegamos sin reservación, porque somos unos colgados,
porque nunca sabemos a dónde vamos ni cuándo ni teníamos computadora, demasiado
pedir. organización 0. O no, Mati difiere, dice que es la manera que nosotros
elegimos. Y es cierto. elegimos la 0 organización.
entonces, teníamos 2 opciones de hostel, una de ellas tenía en su página, la
opción de "trabaje aquí" o algo así, ellos lo llamaban volunteer, asique no es tanto trabajo
trabajo. mandamos mail, sobre la hora, asique para cuando Greg me contesto, ya
habíamos llegado, dejado los bolsos, y salido a recorrer. 
recorrimos el pueblo en unos
20 minutos y hasta encontramos una habitación más barata. cuando volvimos a la
tardecita, habíamos decidido que me tocaba a mí decirle a quien nos
encontráramos, que disculparan pero que íbamos a retirar nuestros bolsos para
dormir en otro lado. antes que pudiera arrancar, el dueño me comento que había
recibido nuestro mail y que dale, que nos quedáramos a trabajar por una semana.
el trabajo consistía en limpiar las
habitaciones y el área común - del tamaño de mi habitación - lavar la ropa - en
lavarropas automático – colgarla - en soga regular - y ya. estar ahí. había
películas, había wifi, aunque otra vez, no teníamos compu. lo que más nos tentó
fue que podíamos lavar nuestra ropa gratis! es un lujo que un viajero no puede
desperdiciar. dije ajá ajá dejame que lo consulto con mi novio que está abajo.
entonces, con una sonrisa que se me salía de la cara, baje a preguntarle a Mati
si porfi porfi porfi podíamos hacerlo. para mí el verdadero viaje empezaba ahí.
parecía que me habían ofrecido trabajar en Monte Olivia con acceso ilimitado a
los baldes. me dijo que si riéndose, y así sumamos una semana más al viaje.
entonces, la empanada. 
ya suficientes días en Panamá y el aire acondicionado y el HD de la tv
mil pulgadas (no tengo idea de cuánto es una pulgada, bueno si, las de 14 son
las chiquitas, y las de 50 son las grandes.. una de esas) todo esto nos tenía
atrapados en el departamento. como dije, afuera hacia 76 grados, (sí, aumentaba
en esta zona) y habíamos ido al casco ya 6 días consecutivos, sin conocer aún
los museos, bueno, el teatro que solo yo quería ver y la cancillería que parece
ser un edificio lindo. ni hablar del canal, que aún hoy, después de.. mier,
jue, vie.. después de 11 días, no conocimos ni pisamos ni vimos el canal de
Panamá: el puente del mundo, el corazón del comercio internacional, una de las
obras más grosas hechas por el hombre y todo eso. no, no lo vimos, y Matías
sigue diciendo que no le interesa. (quiero contarles que para cuando esto se
publique, ya habremos ido al canal. estuvimos allá esta tarde, en otro capítulo
les contaremos detalles)
fuimos al cine, comimos en McDonald’s, volvimos a comer en McDonald’s,
subway, pringles, coca, cervezas, y hasta fernet! esto fue lo primero que
compró Mati cuando llegamos. ese día desperté a las 10 am, sola en el
departamento. al ratito volvió con 2 bolsas: una pan negro, leche, bananas para
mí. y una botella de fernet y coca para él. o los dos.
comimos también un asado con ensalada de
papa y huevo. fideos y más fideos, pastel de papas, revueltos y pollo al
horno con verduras. claramente yo solo hice los fideos y la ensalada de papas.
aunque recibió unos elogios terribles! 
… entonces… salimos de compras. teníamos que reponer el mp3 de Mati. el
cual yo había perdido, o mejor dicho, que había desaparecido del bolsillo de mi
mochila a los 5 días de empezar el viaje. y yo quería una computadora - decían
que Panamá era el paraíso para la tecnología – igual no era eso lo que me importaba
sino que veníamos incomunicados hace 2 meses y estaba podrida de no poder
escribir. (me tendría que haber comprado otro cuaderno para eso no?)
antes de la verdadera búsqueda divisamos la maquina grandiosa que expedía iPod.
una de esas de jueguitos que si juntas fichitas, apilas de la manera correcta,
enganchas justo: te llevas el premio. era de esta manera: una barra de 3 cuadraditos
tipo tetris corría de un lado al otro de la pantalla. tenías un botón para
frenarlo cuando y donde quisieras. Sobre éste, tenías que apilar los siguientes.
o sea: otra barra moviéndose horizontalmente encima de la última. a la mitad,
los 3 cuadraditos pasaban a 2 y en las últimas, 1. lo mismo pasaba si ubicabas
mal, perdías cuadraditos y tenías que armar una fila de a uno solo. cuando
llegabas al 70 %, la maquina te ofrecía un premio menor, como un llavero, de
ahí te quedaban solo 3 o 4 barritas para llegar al major prize. éste podía ser un iPod, una polaroid, un BlackBerry o
un juego de play. (tan caros son los juegos de play, che?) Mati me dijo que
había visto a un señor ganar el otro día y que era una pavada. que lo ganaba o
lo ganaba. busqué cambio para darle las monedas para jugar y acordamos que no
importaba que perdiera algunas veces. un iPod cuesta 150 usd, asique adelante. 
jugó todas las monedas, todos los billetes de 1, cambiamos uno de 10, luego uno
de 20.. en fin. nos fuimos pateando el piso y con ganas de llorar. 
después de haber saldado nuestros gastos de la primera semana, decidimos
que podíamos recuperar esa y ganar más plata. vendiendo comida!! como habíamos
querido hacer hacía 1 semana! asique después de comprar un mp3 cualquiera y de
mirar 16 computadoras diferentes y aprender acerca de procesadores, memorias
RAM, pantallas de 10, 11 y 14 ", nos fuimos para el supermercado.
compramos tapas de empanadas, 7 libras
de carne, 7 libras de pimientos (ají morrón rojo, verde y amarillo), 7
libras de cebolla, servilletas, bolsitas de papel madera, aceite, leche,
huevos, cerveza, queso, jugo, pan y ganchitos. los ganchitos para mí, me hacían
falta. la leche, jugo y pan, para reponer para el desayuno. las cervezas, solo
para que haiga. ya tenemos que comprar más :s
volvimos a la casa con mil bolsas y a la cuenta total tuvimos que
agregarle 2,5 usd del taxi. solo $19.99 en carne, guau. (70 usd en total)
hicimos entonces tanto relleno que aparte de llorarme los ojos sin
parar, tuvimos que usar un balde, balde más 1 cacerola. cabe aclarar que Nicole
se mudó a su departamento hace muy poquito y no solo es a estrenar, sino que
aún no se ha decidido por sillas o mesa o sillones.  mucho menos elementos para preparar, cocinar y
almacenar 12 docenas de empanadas. 
tuvimos que arreglarnos como pudimos.
apenas abrimos los paquetes, comprobamos que efectivamente, los "hojaldres" no eran tapas de
empanadas, algo muy parecido sí, pero no lo que necesitábamos. con el tubo de
rollo de papel aluminio, amasé una por una para darles forma.
horas y mucha harina después, conseguimos terminar las empanadas. se nos
rompieron 4 tapas, se abrieron otras 3, se pegaron muchas y todas sabían a masa
dura. la gran pucha
nos tiró abajo la confianza pero aun nos quedaba balde y medio para preparar
asique guste o no, salimos a la calle.
el primer día vendimos todo. solo
que nos hicieron el comentario que estaban un tantito saladas. la señora intentó
no ser mala onda y agregó "salvo que en argentina las hagan así", a
lo que el caradura de mi novio respondió, "si, allá las preparamos
saladas, pero bueno.."
antes de salir de la casa, habíamos probado una de las tantísimas perdidas, y
comprobamos que estaban, no saladas sino saladísimas. lo irónico es que
mientras preparábamos, teníamos 3 cacerolas en uso. cuando fui a ponerle sal a
una - bien a lo comedia boba - se cayó la tapa con 5 kilos de sal adentro. la
rescatamos cuchara por cuchara y convencidos de que no había quedado ni rastro.
sobre todo al mezclar las 7x21 libras de relleno. se ve que ya habíamos salado
de más antes del incidente. 
para la próxima tanda, casé el colador y pasé por agua a cada cucharón de
relleno. sí, perdimos el juguito y la gracia de la empanada, pero era eso o una
denuncia por ahogo. 
hicimos la segunda partida entonces. ya habíamos intentado el repulgue
tradicional, el de mama, el de la abuela, el viejo no-se-hacer-repulgue-entonces-lo-hago-con-el-tenedor
y finalmente fue este el ganador! 
terminamos de vender emocionados asique con bandeja en mano aún, salimos para
el súper a abastecernos nuevamente, y montados en la victoria compramos para
preparar comida y salir a vender menús en el edificio.
teniendo en cuenta que las tapas eran pésimas y quedaban 8973489568759847583465
granos de carne molida convertidos en relleno de empanada, decidimos convertir
eso en base para un pastel de papas.
y así lo hicimos: vendimos 1,5 docena de empanadas y 4 porciones de pastel.
para eso compramos pan en baguette, bandejas de telgopor (tela gomosa porosa, gracias amiga por la gentileza), mostaza y
aceitunas.
ya llevábamos 100 dólares invertidos y
ganancia 0. pero comimos carne a lo loco y nos divertimos. bueno, nos
peleamos un poco en el medio pero son cosas que pasan.
antes de volver a salir y después de tomarnos un día para pensar y organizar el
negocio, volvimos al súper. esta vez a cumplir con la variedad que habíamos
prometido: compramos jamón y queso y con mucha paciencia y los mismos hojaldres,
armamos canastitas. sumamos brownie y galletas de chocolate con ralladura de
almendras y chips de chocolate blanco. y por último, una novedosa receta del sr
tajes: salchicha alemana envuelta en queso amarillo y panqueque casero. asique
más huevos, más leche, y mucho más laburo. 
después de un día largo de preparación, salimos a vender armados de salado,
dulce, bandeja, bolsa, monedero y bolsillos repletos de cambio. hasta que
terminamos se hicieron las 3 de la tarde asique todos habían comido. algo desilusionados
seguimos intentando hasta que quedaron 4 empanadas y 3 salchichas. 
en eso dijimos, casi lo hicimos todo: meseros, pintores, cocineros, vendimos
comida en los semáforos. podemos también
subirnos a un bondi. asique paramos al ruta 1 que venía, y nos subimos con
la bandeja. (detalle: el tamaño y
forma de los buses son como los verdaderos escolares, bajitos para la cabeza,
pasillos angostos para aprovechar asientos, para que los niños vayan sentados!
no está preparado para vendedores ambulantes). eso, más lo raro que deberíamos
parecer vendiendo perros calientes y brownie, sudados hasta el ojete! la gente
no solo no compraba sino que miraba para abajo cuando terminábamos de pasar.
hasta que uno dijo "dame un.." y vendimos como 3. es increíble como
arranca uno y es todo lo que hace falta. entregamos la salchicha y al momento
en que Mati sacaba la servilleta de la bolsa, volaba la bandeja y el aluminio y
las salchichas al piso. 
entre la vergüenza que nos atacó y que ya habíamos vendido todo lo que podíamos
vender, salimos casi corriendo, llevándonos las salchichas revoleadas para
venderlas a las 2 cuadras. sí, moral 0, pero bueno, otra vez, son cosas que pasan. 
el bus nos dejó nuevamente en la puerta del súper, asique después de que
nos sacara el de seguridad y que dos señoras nos pidieran un teléfono para
hacer pedidos, entramos a comprar más provisiones. ahora sí, con todo.
me organicé un sistema de producción, de a docena. abrimos 12 tapas,
agrandamos mediante amase con harina, queso queso queso, jamón jamón jamón,
tomate tomate tomate y a cerrar. a la fuente y al horno. y después del 4to día
al fin le encontré la vuelta a las putas
de carne!! bien gorditas, volviendo al tamaño y forma original del puto
hojaldre, cerrándolas acá, pegando allá y terminando con tenedorcito, unos
pastelitos divinos. ya no se pegan, no se desarman, no más desperdicio ni
frustración ni mugre. una mugre síé creo que barrí unas 9 veces en los últimos
3 días, pase el trapo unas 43, y rasqueteamos las fuentes otras 19. (para
cuando esto se publica, ya subió una decena más)
mañana es día laboral asique tenemos de 9 a 6 para explotar la
mercadería! si no tenemos suerte, volveremos a la parada de taxis que los
muchachos nos bajaron media bandeja hoy.
en fin. esa es la verdad de la empanada. 
gracias por seguirnos. 
:)
(01 de mayo de 2012. Vaya si nos merecemos festejar el día del
trabajador)
y algunas fotos
                                         la produccion
el bondi!!
bueno, me falto decie que si, tenia un poquito mas de onda
asi por dentro
 
la ciudad vieja..
reacondicionada
en proceso
aun no
ya terminada
bien cool
al ladito del agua, la calle termina en el mar, pero esta re podrido y no te podes meter
 
y nnosotros en el canal :)